El baloncesto es un deporte dinámico que implica mucho impacto y contacto.Este motivo nos lleva a poner en marcha todos los medios que se encuentren a nuestro alcance para prevenir las diferentes lesiones que nos puedan surgir. Existen muchos modos de prevención, desde la preparición física: ejercicios específicos orientados a ello, combinados con los ejercicios de pista convenientes, hasta la alimentación de nuestros jugadores, sus momentos y formas de descanso, o los diferentes tipos de protecciones.
En lo que respecta a las protecciones, es importante señalar:
¿Qué son y por qué utilizarlas?:
Son un recurso que nos ayuda a conseguir una buena sujeción de grupo musculares y mejorar la estabilidad articular, así como ayudar a la absorción del impacto de los choques a través de zonas acolchadas en partes específicas, que por las características del deporte, se encuentran en vulnerabilidad. No recomendamos, por lo tanto, su utilización como moda o estilismo, nuestros músculos son lo suficientemente inteligentes como para acostumbrarse a este material preventivo y de readaptación, lo cual nos lleva a que su utilización, si no es necesaria, convierte un músculo fuerte y preparado en una zona vaga y susceptible a la lesión.
Pros de utilizarlas:
– Contribuyen a la readaptación tras lesiones y a la prevención de las mismas.
– Son muy ligeras y reutilizables (a diferencia de los vendajes funcionales).
– Ayudan a nuestros músculos a mantener su calor, los mantienen sujetos frente a los impactos, y colaboran en una mejora del rendimiento del jugador.
– Nos ayudan a evitar que se produzcan o agraven lesiones articulares y musculares.
Previenen lesiones
Precauciones y ejes de mejora:
Con el uso, las protecciones, van perdiendo de manera progresiva la potencialidad de sus capacidades compresivas, y no hacen la función para la cual se han diseñado.
Su precio, en relación a sus usos y a su calidad, es más elevado que el esparadrapo tradicional, y por supuesto, al ser tendencia por la utilización de jugadores referentes a nivel internacional, hace que en algunos casos no las utilicemos por la ayuda que suponen.
Un hecho que puede convertirse en arma de doble filo que debemos de tener en cuenta, puesto que pueden ser una buena herramienta si las utilizamos en el contexto de la necesidad de prevención y readaptación tras lesión, o una forma de volver vulnerable nuestro cuerpo frente a situaciones de estrés articular o muscular que pueda llegar a experimentar en el desarrollo del juego (nunca usar de más, a veces, menos es más). Cada accesorio y herramienta de trabajo tiene su momento y utilización.
Estos son unos sencillos consejos que os ayudarán a elegir bien las protecciones para vuestra práctica de baloncesto.
Podéis consultar nuestro blog de baloncesto para más información.